Presentación

Kick End se puede traducir por 'patada final'. Se trata de la patada al aire con la que Bryan Adams en los 90 solía poner el punto final a algunos temas rock sobre el escenario. Una patada que simboliza muy bien al Bryan que desde este blog queremos defender y recordar. Pero Kick End representa también un gesto simbólico de una comunidad de fans muy extensa, los fans veteranos, que tras años de silencio hemos decidido dar una patada, desmarcarnos del resto y expresar nuestro sincero disgusto por el devenir de la trayectoria musical del canadiense desde el unplugged de 1997. Por fin salimos a ejercer nuestro derecho de opinión, a decir lo que pensamos.

viernes, 20 de abril de 2012

Su primer álbum



1980 fue el año del osito Misha, mascota de las olimpiadas de Moscú, y que acabó siendo uno de los iconos que simbolizaron la frontera entre la década de los setenta y la de los ochenta. En aquella época triunfaban en el cine las sagas de Superman y Star Wars. Ambas estrenaron su segunda entrega ese año. En el mundo de la música, The Police publicó su tercer álbum, con De Do Do Do, De Da Da Da como tema más conocido. El Boss hizo lo propio con The River, AC/DC con Back In Black, y Queen sacó también disco nuevo. Un desconocido grupo irlandés llamado U2 publicaba además su primer trabajo. Y en diciembre de 1980 el mundo se vistió de luto tras el asesinato en pleno Central Park de John Lenon, lider espiritual de Los Beatles y quizás la figura más influyente de la historia de la música pop y rock.

Aquel año tan lejano en el tiempo, un joven canadiense de Vancouver llamado Bryan Adams, visceral, descarado y flacucho, editó también su primer disco. Fue un álbum grabado con pocos medios y poca o ninguna ayuda exterior, es decir, sin un productor al mando que aportase algo de experiencia. La única experiencia la tuvo que poner Jim Vallance, su socio compositor en la sombra. Al final, Jim apechugó con todo el currele, ya que Bryan a sus 20 años era un recién llegado. Sin una banda propia, ambos se encargaron de tocar la mayoría de los instrumentos (salvo colaboraciones aisladas en alguna canción).

Puede que al primer vistazo, y al segundo y al tercero, este nos parezca a todos el peor disco de la carrera del canadiense, no sólo porque sólo contiene 9 canciones, y porque su voz no era en ese momento todavía la voz que le identificaría en el mundo del rock, sino además porque contiene melodías y aires muy poperos. El rock existente en este álbum se encuentra un poco camuflado.

Con este artículo quiero romper una lanza a favor del The Purple Album, que es como lo llama Bryan coloquialmente. Hay que recordar el momento histórico en el que se editó, con fuertes e inevitables influencias de las bandas que hacían rock por entonces (o que los críticos dicen que hacían rock). The Police y Dire Straits eran algunas de las bandas que marcaban estilo, junto a Bruce Springsteen y Queen. La voz de Bryan en el disco no es menos rockera que la del Sting de entonces, y algunos temas están a la altura del De Do Do, De Da Da. Si a eso le ponían la etiqueta de rock, Hidin’ From Love, Win Some Lose Some o Remember no son menos, están sinceramente a la misma altura. Por tanto, en aquel contexto este disco era y es muy digno.

Otro dato que quiero señalar es ese aire de los 70 que envuelve a algunos de los cortes, contaminados levemente (y yo diría que casi inevitablemente) por el boom discotequero tipo ‘fiebre de sábado noche’ que estaba arrasando en las pistas de baile y fuera de ellas. Los Bee Gees, ABBA y Boney M lideraban junto con otros ese movimiento musical, que conocemos como música disco de los 70. Bryan, que precisamente acababa de editar (sin que él lo pretendiese) un año antes un tema disco, Let Me Take You Dancing, es indudable que quería romper ya en este su primer álbum con esa tendencia, aunque no evitó que aflorasen unas mínimas trazas (escucha Don’t Ya Say It). Que el disco refleje una ligera contaminación de los ritmos de los 70 no me parece mal, al contrario, creo que enriquece el resultado final.

Es curioso descubrir que se grabaron 3 video clips, para los temas Remember, Give Me Your Love (en el que Bryan sale fumando, cuando años después sería uno de los artistas más antitabaco), y Hidin’ From Love. Su siguiente disco, You Want It – You Got It, con más presupuesto y mejor acabado, no tiene sin embargo ningún single en forma de video clip, y su tercer trabajo, Cuts Like Knife, importante porque fue con el que consiguió hacerse por primera vez un hueco en el panorama musical, sólo arroja dos videos musicales, el de Cuts Like a Knife y el de This Time. Conclusión: hasta la publicación del gran Reckless, su a veces marginado  primer disco fue no obstante el más prolífico en video clips.

Que Bryan reniegue de ese primer álbum pienso sinceramente que es una opinión infundada y sin base real. Hasta la publicación de Reckless en 1984, en sus conciertos tocaba tantas canciones del The Purple Album como de los demás. Está claro que su primer disco era para él uno más. Y Remember ha llegado a aparecer en raras ocasiones en la gira de 18 Til I Die de 1997 y en la de The Best Of Me de 2000. Es cierto sin embargo que habría estado genial que el Bryan de los 90 hubiese rescatado más temas y con más frecuencia, como Hidin’ From Love o Win Some Lose Some, pero eso no significa que debido a ello reniegue de su primer LP.

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